miércoles, 7 de enero de 2009

RESUMEN DE LA OBRA: LA TERCERA OLA DE ALVIN TOFLER


Alvin Toffler ha desarrollado importantes reflexiones y aportaciones a la cultura de nuestros tiempos y nos permitimos hacer sobre él una especie de “análisis” para percibir con más claridad los aspectos positivos y negativos que nos presentan cada una de la tres “eras”.


Debemos en primer lugar adelantar que las tres olas avanzan entrelazadas, sin dejar espacios libres y sin uniformidad cronológica o física. El cambio se va dando de un modo inexorable, pero no todas las personas, ni todas las culturas, ni todos los pueblos avanzan al unánime. Los ritmos son profundamente diferenciados y la permeabilidad a las nuevas formas de vida también.Y las tres eras tal cual analiza Toffler, son:


La primera etapa (la agraria); fue mucho más larga.

La segunda (la Industrial); durará apenas tres siglos y, para algunos países, bastante menos.

En la actualidad vivimos la tercera etapa; aunque grandes sectores de la población mundial vivan todavía con la técnica y los valores de la vida agraria. No obstante, la “tercer ola”, la post-moderna, la de la microelectrónica y la biogenética, penetra sutilmente todo los estamentos sociales, por muy lejos que se encuentren geográfica o culturalmente.El choque de la “olas” conmociona y crea grandes tensiones, tanto en el ámbito internacional, como en el interior de cada país, de cada familia y aún en el corazón de cada persona.


-Características de laEra Agraria (Toda la antigüedad hasta mediados del S. XVIII)En el pasado está el germen del futuro. Sus grandes aportes culturales, filosóficos, teológicos, artísticos, son como los cimientos sobre los cuales se construye la nueva sociedad. Proyectemos una mirada crítica a todo ese mundo de valores y contravalores pues, no olvidemos, “la historia es la maestra de la vida”.


-Características de la Era Industrial (Mediados del S. XVIII, XIX y XX)La “ilustración”, el positivismo, los avances tecnológicos, las nuevas fuentes de energía, como el vapor y la electricidad, meten al mundo de lleno en la “era industrial”. Surgen nuevas formas de organización social. La industrialización representa lo nuevo, lo moderno, el progreso. La mentalidad agraria viene a ser símbolo de lo tradicional, de lo anticuado.


-Características de la era Post-Moderna (Finales del siglo XX y S. XXI)La llamada “tecnología de punta” que tiene relación, sobre todo, a la microelectrónica, a la biogenética y a la conquista del espacio, está ya presente en nuestro mundo y llega también el concepto de la desmasificación. El rayo láser es utilizado en la industria para ejecutar el corte de una pieza con precisión y en el campo de combate para guiar un misil hasta su objetivo. Se buscan una selección y precisión cada vez mayores. Pero caeríamos en un craso error si pensásemos que todo ello implica únicamente un gran avance técnico. No, las computadoras y la técnica ultramoderna está cambiando el mundo, nuestros relaciones, nuestros comportamientos, la vida misma, los sectores más dinámicos e influyentes del mundo actual viven ya en la era de la post-modernidad y sus intereses están relacionados con que todos aceptemos sus inventos y su estilo de vida.

La vida de el hombre postmoderno nace como producto de las grandes desilusiones que el proyecto moderno ha originado. Ha perdido confianza en la razón ilustrada, a la que considera incapaz de responder a las últimas preguntas. También ha dejado de creer en la filosofía del progreso, en la posibilidad del hombre de construir mundos perfectos o simplemente mejores. Pero este desencanto no provoca ninguna actitud trágica. El postmoderno se limita predicar el disfrute del puro presente, el carpe diem, la aceptación de lo framentario ante la imposibilidad de alcanzar a captar lo radical y lo global. El postmoderno no cree en el progreso, como creyó ingenuamente el ilustrado de hace dos siglos, pero ama el bienestar y no renuncia a ninguno de los placeres que le proporciona esta civilización científico-técnica, creadora de gran cantidad de bienes materiales.La salida “postmodernista” es una fácil pero falsa solución. Los creyentes deben redescubrir las válidas aportaciones de la razón ilustrada. El gran esfuerzo que represento el concilio Vaticano II tiene que proseguir en las presentes circunstancias. Es un diálogo en el que la tarea fundamental se centra en vislumbrar el horizonte de la postmodernidad.

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